Han transcurrido 107 días de la cuarentena total y más de 3 días de la llamada “cuarentena focalizada” y la “nueva normalidad”, en suma estamos en la post-cuarentena, y el panorama no es nada alentador, no llegamos a la meseta de infectados, la crisis económica es grave y la inseguridad resurge con fiereza, nuestro país exige nuevos rumbos y una nueva hoja de ruta. El Presidente Vizcarra en su mensaje del pasado 24 de junio hizo un balance desde su óptica, afirmó que se priorizó a la persona humana y su salud, que se habían realizado 1.5 millones de pruebas, que el 60% de más del cuarto de millón de positivos se ha recuperado, que muy pronto se alcanzaría las 2 mil camas UCI, que los bonos llegaron a 5 millones de hogares, que los fondos de reactivación FAE Mype y Reactiva llegaron a más de 200 mil empresas. Recordemos que la sucesiva ampliación de la cuarentena, en cinco oportunidades, fue con el propósito de que alcanzaríamos la cima de contagios y que ineludiblemente los casos bajarían, entre martillazos y huaynos, y por fin se controlaría la pandemia en nuestro país. Al parecer los martillazos fueron “palazos de ciego”, pues no alcanzamos la cima. Recientes declaraciones de la Directora de la OPS (Organización Panamericana de la Salud) que es la oficina regional de la OMS, Carissa Etienne, nos aclaran el panorama, la funcionaria afirmó que en los próximos tres meses América Latina y el Caribe alcanzarían más de 438 mil muertes, y además alerta que el pico o la cima de contagios en el caso de Perú, Brasil, Argentina y Bolivia, recién se alcanzaría en el mes de agosto, lo que se sustenta en los estudios del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington (IHME). En realidad la cuarentena ya había sido rebasada las semanas previas a su fin formal, por las masas desesperadas ante la falta de ingresos para sus familias, sabemos que el Perú informal es más del 70 % de la PEA y vive el día a día, y a los cuales no llego ningún bono, evidentemente la gente en confinamiento consumió todos sus ahorros y eventuales préstamos y apoyos familiares se acabaron, el gobierno fue errático en el apoyo social, empezó con un tímido bono de 760 soles para hogares vulnerables urbanos, lo amplió a los independientes y luego el bono rural, cabe destacar que el ingreso mínimo vital oficial por el INEI es de S/ 1,500.-, es decir el bono no cubría ni la canasta mínima. Mientras la CEPAL por medio de su directora Alicia Bárcena, sugería la necesidad de una “renta universal” como mínimo por tres meses; fracaso el bono, porque la focalización de hogares vulnerables está desfasada y por cierto, carecemos de inclusión financiera, dos de cada tres peruanos no tienen cuenta bancaria. Nuestro país a nivel mundial se encuentra en el quinto lugar en número de infectados, luego de EEUU, Brasil, Rusia e India, al 03 julio registramos 295,599 positivos y 10226 muertos; y la promesa de dos mil camas UCI sigue pendiente. En cuanto a la región Cusco, el último reporte de la Sala Covid, informa que alcanzamos 2,458 casos positivos, 40 fallecidos y 13 camas UCI ocupadas de las 16 disponibles, en particular es alarmante la situación de la provincia de La Convención, que no cuenta con ninguna cama UCI. La pandemia requiere un cambio de timón y de hoja de ruta urgente. En el aspecto económico, el economista Hernando de Soto nos alerta “morirá más gente por la crisis económica que por el coronavirus”, los créditos de “Reactiva Perú” son apenas un paliativo, y cuya asignación ha sido poco feliz, con decir que otorgaron fondos al programa basura “esto es guerra”, por lo demás las condiciones son ajenas a la posibilidad de beneficiar a las Mypes, se concentran en las medianas y grandes empresas y ubicadas mayormente en Lima, hasta en un 98%, asimismo un 40% se ha destinado al sector comercial, lo cual refleja las distorsiones de nuestra estructura productiva, esperemos que la segunda etapa del programa realice ajustes y se oriente preferentemente a las Mypes. Otro desafío urgente es la generación de empleo temporal, al respecto en el marco del D.U. 070-2020 “Arranca Perú”, se han destinado 690 millones para que los gobiernos locales y el programa “Trabaja Perú” desarrollen fichas técnicas y actividades en 930 distritos, referidos a limpieza, mantenimiento, e infraestructura básica, hasta el 03 julio, los municipios habrían presentado 1,700 propuestas de fichas técnicas, de un total de 4,700 actividades que deben ejecutarse antes de fin de año. Esperemos agilidad y eficiencia, e inmediata generación de trabajo temporal en beneficio de las poblaciones vulnerables. La reactivación ha venido de la mano con la inseguridad, los delitos se vienen incrementándose a diario, al respecto el Ministerio del Interior ha manifestado que está en marcha el Plan de Seguridad “Fortaleza 2020”, no se trata de que cada rebrote de la inseguridad, saquemos un “nuevo plan”, cual carta bajo la manga, tenemos vigente el “Plan Nacional de Seguridad Ciudadana 2019-2023” aprobado como política de Estado y de horizonte quinquenal, la tarea es aplicarlo con efectividad, y que cada comité provincial y distrital de seguridad ciudadana, liderados por sus alcaldes y comisarios con apoyo de las juntas vecinales, trabajen unidos ante la inseguridad. Otro aspecto grave es la corrupción, se estima que durante la cuarentena, se ha incrementado en 700% según declara el fiscal anticorrupción Omar Tello, son más de mil denuncias, y lo peor vinculados a adquisiciones en el sector salud, e incluso con la distribución de las “canastas básicas familiares” en municipios, hechos repudiables y que merecen la mayor severidad para ser sancionados. Son tiempos difíciles, la pandemia continua y tenemos que convivir con ella, la vacuna se estima para el próximo año, y si bien la cuarentena se flexibilizó, es nuestro deber cuidar nuestra salud y de nuestras familias, la reactivación debe ser inclusiva y el trabajo unitario ante la inseguridad. Los Peruanos…Si Podemos. 

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