Han transcurrido 73 años, desde el año 1944, fecha en que se instituyeron las Fiestas del Cusco, por iniciativa del cusqueñista de siempre Dr. Humberto Vidal Unda (1906-1979; Filosofo, Catedrático y Profesor Secundario), inicialmente denominada la “Semana del Cusco”, con el propósito de revalorar nuestra identidad, se trataba de “cusqueñizar a los cusqueños”, en parangón al reto de “Peruanicemos al Perú” de José Carlos Mariátegui, su propuesta fue planteada en un principio a los periodistas en su aniversario, al verse respaldado, lo volvió a plantear esta vez ante el prestigioso Instituto Americano de Arte, que reunía a los más destacados intelectuales del Cusco, quienes hicieron suya la idea y la secundaron, quedaba por definir la fecha del Día del Cusco, algunos sugerían el 12 de Abril, en alusión al nacimiento del Inca Garcilaso de la Vega; otros plantearon el 23 de Marzo, día de la fundación española del Cusco, pero la mayoría coincidió en el 24 de Junio, en recuerdo al Inti Raymi, la fiesta del Sol del Incario. A continuación se nombró al propio Dr. Vidal Unda, como Presidente de su Comisión Organizadora, él a su vez convocó a una asamblea cívica, en fecha 02 de Marzo de 1944, presidido por el alcalde accidental de entonces, Dr. Angel Pacheco y todas las autoridades locales, dirigentes sociales y de las actividades económicas y culturales, quienes confeccionaron el programa de festejos, para los cuales se invitó al Presidente de la República de entonces, Dr. Manuel Prado, se escenificó el Inti Raymi en la explanada del Sacsayhuaman, se convocó al concurso para la creación el Himno del Cusco, que ganaron el músico Roberto Ojeda y el poeta Luis Nieto Miranda; también se instituyó el desfile cívico que congregaba a todos los vecinos y ciudadanía en general para rendir el homenaje a su ciudad imperial. Como bien refiere don José Tamayo Herrera “El Qosqo ha sido y es tierra de fiestas, con una intensidad que sólo el contraste es capaz de mostrar…”, la grandiosidad de nuestros Incas no solo se reflejaba en su imperio, su arquitectura, su organización, su cultura, sino también en la alegría que cultivaban en el trabajo, en su religiosidad, y hasta en su política y guerras de conquista. Somos herederos de esta majestuosa cultura y su preservación es nuestro deber. En el transcurso del calendario anual, se suceden diversas festividades, como la Bajada de Reyes, el Peraschapchi sebastiano, los carnavales, la semana santa y la procesión del Taytacha de los Temblores, el Cruz Velacuy, el Señor de Qoylluriti, el Corpus Christi, las festividades de la Virgen del Carmen, la Pachamama o año nuevo andino, la Mamacha Asunta, el Señor de Huanca, Todos Santos, el Santuranticuy en las navidades; así como las fiestas locales en los aniversarios de los distritos y provincias del Cusco. Es decir el Qosqo está de fiesta, la alegría debe ir de la mano con la laboriosidad, tal es que don Vidal Unda en el Nro. 02 de la Revista de la Semana del Cusco (Julio, 1946) consideraba como uno de los fines prácticos de las festividades, la promoción turística, planteando el reto de ser el primer centro turístico del continente, desde entonces hemos avanzado cierto es, tal es que hoy superamos los tres millones de visitantes, pero aun así estamos lejos de explotar sostenidamente la industria sin chimeneas. Don Vidal Unda nos invocaba, “Cusco, tierra mía, tú quieres que tus hijos sean buenos. Te juramos serlo”, todo un reto para cusqueños y cusqueñistas. 

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